BEBIDA
NACIO EN CERRO DE PASCO
Ahora
que con motivo del Día del Pisco, los piscólogos. bar ténderes, anfitriones y
sobre todo cultores del saber del buen beber, se han despachado a su manera
explicando y demostrando que el pisco sauer tiene origen limeño.
Queremos dar a
conocer que parece mentira que tanta intelectualidad y también materialidad
bebedorística, no se haya percatado que el origen del pisco sauer fue zanjado
hace alrededor de 90 años atrás y nada menos que por Don Luis Alberto Sánchez
quien demostró que la bebida de bandera peruana, tuvo sus inicios durante los
descansos de las agotadoras jornadas de trabajo al construirse el ferrocarril
La Oroya-Cerro de Pasco y las no menos agotadoras jornadas mineras en el
socavón.
Enrique
Robles Jiménez en su Revista Cultural Pasco Nº. 25 de Mayo del año 2014 en su artículo “110 aniversario de El Pisco
Sauer” señala:
Mirando
hacia el pasado, recordamos a José Schiaffino
gran investigador del origen del pisco sauer aseverando que nuestro
célebre cóctel es un trago limeñísimo de padres extranjeros.
Morris,
natural de Salt Lake City (Utah, Estados Unidos). Llegó al Perú a inicios de
1,900 para trabajar en el ferrocarril central, cuyo tramo Cerro de Pasco-La
Oroya fue inaugurado en 1,904 con una gran ceremonia supervisada por él.
Cuentan
que ese día el wisky (para ¿sauers?) se acabó, por lo que el anfitrión
simplemente atinó a cambiar
el destilado traido de Estados Unidos por el pisco.
Al retirarse de la empresa
ferroviaria, Morris se muda a Lima y funda el bar que es reconocido como la
cuna del pisco sauer.
En
el párrafo anterior encontramos algunas contradicciones y medias verdades que
son necesarias de aclarar.
Primero.-
De acuerdo a la versión de Luis Alberto Sánchez –quien conoció y trató a Víctor
Morris como asiduo concurrente al bar Morris de la calle Boza –en su libro “Testimonio Personal. Memorias de un peruano
del siglo XX” afirrna :
“El
gringo (William) Morris, norteamericano, medio cojo, había trabajado en las
minas de Cerro de Pasco, donde dirigía una casa de juego muy concurrida por los
empleados de la “compañía” (La Smelter Company y la Cerro de Pasco Cooper
Corporation)
En
efecto Morris llegó a Cerro de Pasco en 1,902 (junto a los norteamericanos que
habían comprado las minas de la zona) para trabajar en el bar hotel de la
empresa minera.
Allí conoció el pisco peruano, allí también conoció el “ponche
de pisco”, bebida de influencia morisca que los antiguos mineros bebían desde
La Colonia.
Segundo.-
La inauguración del ferrocarril La Oroya-Cerro de Pasco (28 de julio de 1,904)
fue un acto de gran trascendencia al cual asistieron el embajador
noretamericano Dudley y el Dr. Serapio Calderón encargado de la Presidencia del
Perú debido al fallecimiento de don
Manuel Candamo.
La
recepción fue preparada por el Sr. James McFarlane, superintendente de la Cerro
de Pasco Mining Co. Y por el alcalde de la
ciudad Buenaventura Ävila.
En esa ocasión se repartieron entre los
principales asistentes, medallas y
tarjetas de oro y plata alusivas al acto y el pisco sauer se consumió
masivamente. Por esos afirmamos que esta bebida tiene 110 años de permanencia
en nuestra sociedad.
Tercero.-
Si bien el pisco sauer se sirvió masivamente en la inauguración del ferrocarril
La Oroya-Cerro de Pasco, el licor se consumía mucho antes en los clubes de los
trabajadores mineros.
El
maestro Sánchez en el referido libro dice: “El juego (sobre todo la ruleta, el
crap y la pinta) requiere acompañamiento de alcohol. El licor peruano por
excelencia es el pisco. El pisco puro es áspero, aunque grato en las altitudes
de nuestra serranía.
Para atenuar sus efectos convenía alguna mezcla grata.
Morris le aplicó las reglas del wiskhy sauer con algunas variantes y así
resultó el pisco sauer, una de las mejores bebidas del mundo y casi casi, parte
del escudo del Perú.
Cuarto.-
Los historiadores limeños ocultan la historia del gringo Morris durante el
período 1902-1917.
Morris vivió en Cerro
de Pasco 15 años, allí se casó, en 1,905 con María Isabel Vargas y con ella
tuvo tres hijos y durante ese período siempre se dedicó a trabajar detrás de
las barras, tanto en Cerro de Pasco como en Smelter donde los funcionarios
mineros pasaban la noche entre juegos y licores.
Por
todo ello el célebre trago es tan cerreño como la plata que Cerro de Pasco sigue
produciendo.