sábado, 30 de agosto de 2014

FÙTBOLY MINERÌA

GALLINAZO  SÍ  CANTA  EN  PUNA
Hay un dicho muy  conocido  en  la zona minera de  Perú – en la región más frígida del mundo- que dice textualmente gallinazo no canta en la puna y si canta, canta por fortuna.
Se refiere este dicho al hecho de que la gente morena – los peruanos afrodescendientes- no pueden vivir en los climas fríos y menos aún en los asentamientos mineros cuya altitud supera los cuatro mil  metros sobre el nivel mar,  con temperaturas que llegan a  menos  de los diez grados centígrados bajo cero.
Pero el auge de la minería y la sana competencia entre empresas mineras que entre otros hechos se demuestra con el apoyo al deporte, ha permitido que este dicho sea sólo una verdad a medias.
Todos sabemos que al mismo tiempo que una empresa minera se establece, lo primero que se construye es el campamento.  El campamento es el barrio de viviendas para los trabajadores en la zona de explotación minera o muy cerca de la ciudad donde se establece la compañía minera..
En este barrio siempre hay una zona  libre donde los niños y jóvenes pueden jugar, charlar y compartir diversas experiencias.
.Rápidamente parte de esta zona se convierte en la canchita que es el campo de fútbol donde niños, jóvenes y trabajadores se distraen jugando partidos de fútbol, fulbito o vóley.
Las empresas mineras, en su afán de complacer a sus trabajadores apoyan las iniciativas de hacer deporte, especialmente el fútbol y en un alarde de competencia en este campo han llegado a  propiciar la conformación de equipos futbolísticos que representan  al lugar donde están asentados, lo que los convierten también en defensores de la empresa minera en el campo deportivo.
Llegando al plan de la competencia, las compañías mineras contratan como sus trabajadores a los mejores futbolistas de la zona para así integrar sus equipos de fútbol.
Pero este afán de competencia va más allá y así hacen importantes contrataciones de futbolistas de otros lugares, especialmente gente morena de la costa.
Estos deportistas que serían los gallinazos del dicho, al arribar a los campamentos mineros lo primero que sufren, son  las inclemencias del clima propias del lugar en donde se llegan a establecer.
Primero es el soroche y luego el álgido frío. Pero con una debida atención médica y un proceso de aclimatación adecuado, a la quincena de su arribo ellos ya están entrenando en el campo de fútbol desde las cinco de la madrugada que es la hora en que el termómetro marca el momento más frío del día.
Lo demás ya es historia conocida. Los futbolistas se convierten en los ídolos del pueblo, participan en todas sus actividades, incluidas las jaranas  y francachelas en donde derrochan el dinero ganado a costa de patadas en la cancha de fútbol.
De  esta manera ellos dan los por los suelos al dicho popular y más bien reafirman que gallinazo sí canta en puna y lo hace en busca de fortuna.



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