El
desarrollo y evolución de la metalurgia debe considerarse como una respuesta
cultural a una serie de factores ambientales, tecnológicos y socioeconómicos
que caracterizan cada periodo del proceso histórico de los pueblos.
A
partir de los estudios desarrollados por Rivet y Arsandaux (1946), resulta
evidente que la metalurgia prehispánica tuvo un proceso de desarrollo autónomo
con relación al viejo continente.
La
subregión Norandina peruana y los Andes Centrales constituyeron centros de
desarrollo de la metalurgia precolombina (Rex 1992).
El
Perú país minero por excelencia reune una tradición metalúrgica que se remonta
a más de 10,0000 años de antigüedad, esta labor especializada se inicia con la
extracción de minerales no metálicos como el cuarzo, riolita, toba, cuarcita y
calcedonia; con la finalidad de elaborar sus instrumentos de caza, pesca y
recolección; constituyéndose en la actividad minera más antigua de los andes.
El
poblador andino logró en dos mil años de experimentación, el dominio de las más
sofisticadas técnicas para fundir, alear, amalgamar, laminar, unir y soldar los
metales.
La técnica de la
soldadura ya era conocida por las denominadas culturas regionales (200-800
d.C), de las cuales sobresalen los estudios de la cultura Moche por Walter Alva
en el sitio de Sipán, reportándose contextos funerarios de elite, es decir, los
cuerpos de dignatarios asociados a un conjunto de ofrendas trabajadas en
diversos metales (oro, plata, cobre, dorado, etc.), evidenciándose un trato
naturista, exquisito y a la vez complejo en cada una de las piezas trabajadas;
donde además se reporta un amplio dominio de la técnica de soldadura al frío
para unir los metales, a través de engrapes, traslapes, remaches y lengüetas;
cualidad que no restó calidad y expresión artística a los múltiples ornamentos.
Durante
el Horizonte Medio (700-1100 d.C), resulta oportuno mencionar a la denominada
cultura Sicán o Lambayeque, para el caso de la Costa Norte, donde las
investigaciones desarrolladas por IzumiShimada en el sitio de Batan Grande,
reportan evidencias de las áreas de extracción, fundición y laboreo del cobre
arsenical, constituyendo un gran aporte tecnológico con el subsiguiente impulso
de la producción de armas y herramientas a gran escala.
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