En cuanto a la minería en
América durante la conquista, se logró dinamizar el control político y
administrativo de las colonias, gracias a que estas tierras aportaron el
metálico más importante de aquellos tiempos: la plata.
En el Nuevo Mundo hasta
entonces solo se conocían ciertos metales (entre ellos la plata y el oro), pero
los pobladores no le otorgaban el uso
que los occidentales le daban, ya que no existía el comercio y la economía era
de sólo sustentación.
Los españoles llegaron a Perú
en el año 1,532 y el primer minero fue precisamente el conquistador Francisco
Pizarro quien en 1,533 ya estaba en posesión de la mina incaica Porco.
En 1,538 Pedro de Candia que
fue uno de los “13 de la Isla del Gallo” que decidieron la conquista del
Tahuantinsuyo, tomó posesión del yacimiento minero de Carabaya “donde se
encontraban pepitas de oro de hasta 4 arrobas de peso”.
Y entre 1,5442 y 1,545 se
desató la fiebre del oro que llevó a los conquistadores a todos los rincones en
busca del preciado metal
Los españoles trajeron los implementos y
tecnología adecuada para la explotación
minera a nivel "industrial",
gracias también a la utilización de la fuerza indígena.
Introdujeron el uso del
mercurio y expandieron la perforación de túneles inclinados o semiverticales y
al avanzar en la perforación dejaban pilares de la roca para sujetar las
paredes.
Las herramientas utilizadas
fueron las lampas, picos, combas y
barretas.
La mita que era una forma de
trabajo comunal de los incas, lo aplicaron al trabajo gratuito y obligatorio en
las minas, en condiciones infrahumanas que ocasionaron la muerte de millones de
peruanos.
Las técnicas para la
extracción de plata mejoraban rápidamente. En un inicio la plata era separada
de los demás metales a través de los hornos llamados huairas (en los andes),
pero solo servía para la plata de alta ley (que por lo general se encontraba
casi a ras del suelo), para la plata que se encontraba en las vetas más
profundas este tipo de fundición no servía
Los trabajadores estaban
clasificados en: barreteros que trabajaban la roca rompiéndola con la fuerza de
sus manos y barretas; palleres que seleccionaban el mineral obtenido y los
capacheros que transportaban el mineral a la superficie llevándolo en sacos en
hombros y espaldas.
La explotación minera
sistemática se produjo cuando se localizaron vetas importantes, muchas de ellas
a flor de tierra que permitieron el asentamiento de grupos dedicados en forma
exclusiva a la explotación de los minerales.
Por ejemplo se sabe que en la década de 1540 fue descubierto Potosí y
recién en 1570 empezó su explotación minera a gran escala..
En 1555 el español Bartolomé
de Medina creó (en México) la separación de la plata a través del azogue
(mercurio). El mercurio absorbe la plata siempre y cuando ésta se encuentre en
estado de polvo o harina. "Esta acción daba como resultado una
amalgamación llamada pella". Luego se separaba el azogue y quedaba la
plata pura y de alta ley. Lo económico de este método es que el mercurio podía
volver a utilizarse luego del proceso.
La Nueva España tuvo que
importar azogue desde la península a diferencia del Virreinato del Perú que
contaba con la Minas de Huancavelica (Oropesa, las minas de Santa Bárbara).
A partir de 1572 la producción de plata de
Potosí se triplicó gracias al método de la amalgamación. Aunque la inversión
fue elevada, tanto Potosí como Zacatecas daban dividendos altísimos, lo que
impulsaba a los mineros pudientes a
realizar molinos para la trituración de metales, hornos para la fundición, etc.
Los centros mineros fueron ciudades que rápidamente se convirtieron en emporios
comerciales que engranaron todo un circuito comercial entre los cuales se
encontraban la ciudad de México para Zacatecas y Guanajuato y la ciudad de los
Reyes o Lima para Potosí, Cerro de Pasco
y Huancavelica.
Hay que tener en cuenta que
el monopolio comercial que estuvo alrededor de la minería se vio afectado
rápidamente por el contrabando de materiales (azogue, hierro), reventa de
minerales y sobretodo por la salida del mineral
a través de embarques ilegales, como Arica, hacia mercados franceses e
ingleses.
Entre las principales minas establecidas durante el
virreinato del Perú figuran:
Potosí: c. 1545
Pasco: 1567
Castrovirreina: 1590
Oruro: 1608
Cailloma: 1608
Laicacota: 1619
Lucanas y Parinacochas: 1630
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