Tanto en nuestros tiempos como durante toda la República
y especialmente durante la Colonia, la minería ha sido objeto de una especial
consideración por parte de las autoridades que reconocen el valor estratégico
de esta actividad para el desarrollo de la economía y consecuentemente del
progreso de la población.
Además el hecho de que una parte de las ganancias que
obtiene la minería se destina a manera de tributo o “contribución” a las
arcas del gobierno y que
los inversionistas por su parte
realizan diferentes obras en beneficio de la comunidad, esto fomenta un cierto
reconocimiento de las autoridades que en muchos casos han sabido comprender
este aspecto positivo de la labor minera.
Por ello no se ha regateado el reconocimiento público a
los inversionistas mineros los que han recibido numerosas distinciones que
serían imposible de enumerar ya que no sólo autoridades, sino instituciones
diversas y grupos comunales han dado
testimonio de su aprecio a la labor que en beneficio social ha realizado la
minería en el Perú.
Un claro ejemplo de ello es que gracias a esa
benevolencia durante la época colonial y para ser más específicos en Cerro de
Pasco que como sabemos constituyó y aún ahora constituye uno de los grandes
emporios mineros del Perú obtuvieron y mantuvieron la vigencia de sus títulos,otorgados
por la coronaespañola, cuatro marqueses
y dos condes:
La primera fue la Marquesa de Villa Rica de Salcedo,
viuda en posesión de cuatro plantas de beneficio mineral en Cerro de Pasco a cuyo suegro se le había
concedido el título en 1703 a pesar de ser hijo natural a cambio de donaciones
a la corona española.
El segundo fue
José Martín de Muñoz y la Serna, Primer Marqués de Santa María de Pacoyán,
título que le confirmo el Rey Felipe V el primero de noviembre de 1716.
Jerónimo de Angulo, Conde de San Isidro (1750).
Don Bernardo Valdizán: “Conde de San Javier y Casa
Laredo” (1763), comerciante en mulas con los mineros cerreños
El tercero fue Don Manuel Maíz y Arcas, español residente
en la ciudad minera que recibió del rey Carlos III, el título de MARQUES DE LA
REAL CONFIANZA, el 26 de diciembre de 1771, pero falleció antes de tomar
posesión del mismo.
Con este motivo se
suscitó un pleito entre su hijo José Maíz y Malpartida (hijo de doña Carlota
Malpartida casada con el marqués en 1758) contra doña Carmen Morales, en nombre
de su hijo José Maíz y Morales, por la legítima herencia del título.
La Real Audiencia de Lima dictaminó el 4 de setiembre de
1778, que el título de Marqués de la Real Confianza, le correspondía a José
Maíz y Malpartida, nacido en el Cerro de Pasco.
Los dos condes, propietarios de enormes territorios en
nuestra geografía, especialmente Paucartambo, fueron los hermanos Pedro y Pablo
Vásquez Velasco y Quirós: Condes de las Lagunas. Sus minas, ganado y obrajes
los mantuvieron en la cúspide del poderío.
Eran descendientes de Joan Tello de Sotomayor, el primer
encomendero de estos pagos.
Otros nobles que mantenían sus títulos con los dineros de
nuestras minas fueron: Manuel Gallegos Dávalos: “Conde de la Casa Dávalos”
(1744), comerciante con gran influencia desde Quito a Cochabamba como tratante
de esclavos negros.
El conde de Premio
Real (1782). Activo y rico comerciante.
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