miércoles, 15 de enero de 2014

MINERIA Y NOBLEZA


Tanto en nuestros tiempos como durante toda la República y  especialmente durante la Colonia,  la minería ha sido objeto de una especial consideración por parte de las autoridades que reconocen el valor estratégico de esta actividad para el desarrollo de la economía y consecuentemente del progreso de la población.

Además el hecho de que una parte de las ganancias que obtiene la minería se destina a manera de tributo o “contribución” a las arcas  del gobierno y  que  los inversionistas  por su parte realizan diferentes obras en beneficio de la comunidad, esto fomenta un cierto reconocimiento de las autoridades que en muchos casos han sabido comprender este aspecto positivo de la labor minera.

Por ello no se ha regateado el reconocimiento público a los inversionistas mineros los que han recibido numerosas distinciones que serían imposible de enumerar ya que no sólo autoridades, sino instituciones diversas y grupos comunales  han dado testimonio de su aprecio a la labor que en beneficio social ha realizado la minería en  el Perú.

Un claro ejemplo de ello es que gracias a esa benevolencia durante la época colonial y para ser más específicos en Cerro de Pasco que como sabemos constituyó y aún ahora constituye uno de los grandes emporios mineros del Perú obtuvieron y mantuvieron la vigencia de sus títulos,otorgados por la coronaespañola,  cuatro marqueses y dos condes:

La primera fue la Marquesa de Villa Rica de Salcedo, viuda en posesión de cuatro plantas de beneficio  mineral en  Cerro de Pasco a cuyo suegro se le había concedido el título en 1703 a pesar de ser hijo natural a cambio de donaciones a la corona española.

 El segundo fue José Martín de Muñoz y la Serna, Primer Marqués de Santa María de Pacoyán, título que le confirmo el Rey Felipe V el primero de noviembre de 1716.
Jerónimo de Angulo, Conde de San Isidro (1750).

Don Bernardo Valdizán: “Conde de San Javier y Casa Laredo” (1763), comerciante en mulas con los mineros cerreños

El tercero fue Don Manuel Maíz y Arcas, español residente en la ciudad minera que recibió del rey Carlos III, el título de MARQUES DE LA REAL CONFIANZA, el 26 de diciembre de 1771, pero falleció antes de tomar posesión del mismo.

 Con este motivo se suscitó un pleito entre su hijo José Maíz y Malpartida (hijo de doña Carlota Malpartida casada con el marqués en 1758) contra doña Carmen Morales, en nombre de su hijo José Maíz y Morales, por la legítima herencia del título.

La Real Audiencia de Lima dictaminó el 4 de setiembre de 1778, que el título de Marqués de la Real Confianza, le correspondía a José Maíz y Malpartida, nacido en el Cerro de Pasco.

Los dos condes, propietarios de enormes territorios en nuestra geografía, especialmente Paucartambo, fueron los hermanos Pedro y Pablo Vásquez Velasco y Quirós: Condes de las Lagunas. Sus minas, ganado y obrajes los mantuvieron en la cúspide del poderío.

Eran descendientes de Joan Tello de Sotomayor, el primer encomendero de estos pagos.

Otros nobles que mantenían sus títulos con los dineros de nuestras minas fueron: Manuel Gallegos Dávalos: “Conde de la Casa Dávalos” (1744), comerciante con gran influencia desde Quito a Cochabamba como tratante de esclavos negros.
El  conde de Premio Real (1782). Activo y rico comerciante.



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